jueves, 21 de agosto de 2008

El egoísmo y la Justicia

Jesucristo propone esta parábola:

Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña.

Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: ‘Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.

Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: ‘¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?’. Ellos les respondieron: ‘Nadie nos ha contratado’. Entonces les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’.

Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros’.

Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario.

Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: ‘Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada’.

El propietario respondió a uno de ellos: ‘Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti.¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?’.

Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos”.

Estoy seguro de que muchos nos hemos sentido en una situación parecida alguna vez, si no en cuestiones de trabajo, en los estudios u otras situaciones de la vida. Imaginemos que realizas un trabajo durante el curso para conseguir un aumento de nota, y tras conseguirlo descubres que otros sin haber echo el trabajo, sólo por actitud u otros criterios del profesor también han recibido el mismo aumento.

Puede parecer injusto pero, al fin y al cabo, el cumplió contigo lo acordado, "'¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?’"

La respuesta es sencilla, en el fondo el que lo considera injusto no hace esfuerzos para mejorar sus resultados, sino para mejorarlos frente a los de los demás.

El ser humano es egoísta por naturaleza, pero debemos acostumbrarnos a que en la vida siempre habrá personas que tienen mucho más de lo que "merecen", y otras mucho menos.

Siempre y cuando la "injusticia" sea por beneficio y no por perjuicio (diferente sería que no te dieran a tí el aumento) solo cabe alegrarse por los demás y decirse a sí mismo con orgullo "yo lo hice". Al fin y al cabo es bien sabido que "lo regalado" sobre todo académicamente nunca beneficia, pues al final siempre llegará el jefe que no perdone y te den todos los palos juntos.