miércoles, 10 de marzo de 2010

El Alfa y el Omega: El tupido velo de Dios

El ser humano siempre ha querido ser dueño del futuro. Tenemos una necesidad inherente de querer predecir lo que va a pasar, de tener certezas, seguridades, de ahí la ciencia. Pero la propia ciencia se ha topado con realidades que ni ella misma es capaz de vencer.

Una clara muestra de ello es la previsión meteorológica, que no podría ser menos certera.
La teoría determinista establece, ya con cierta claridad desde las leyes de Newton, que sabiendo las condiciones iniciales y las fuerzas que intervienen, se pueden calcular las condiciones finales (el típico problema de si un tren va a 80km/h qué distancia habrá recorrido en 4h 32'). En el caso del tiempo atmosférico, se supone que conociendo valores de presión atmosférica, temperatura, humedad, velocidad del viento, y cosas así se puede prever el resultado.

De la misma forma, esto es aplicable al Universo entero. Si conocemos las fórmulas de la gravedad, y conocemos la velocidad a la que se mueve un impulso eléctrico a través de nuestro sistema nervioso, quién nos dice que dentro de un tiempo no podremos predecir por ejemplo, qué va a pasar con la Humanidad, o directamente, predecir el Omega o Fin del Universo con exactitud y fecha de caducidad. O tal vez la mismísima existencia de Dios.

En el terreno físico, existen varios obstáculos:

- El Principio de incertidumbre de Heisemberg, que establece que es imposible determinar simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula en un momento determinado (ya no sabemos a donde llega el tren).

- La Teoría del Caos, que establece que una mínima modificación de cualquiera de los valores de los parámetros desemboca en un resultado completamente distinto ("el aleteo de una mariposa aquí puede provocar un maremoto en Japón")

- Los infinitesimales, y esta es la barrera más fácil de entender: hemos dicho que por ejemplo la temperatura es un parámetro fundamental para la predicción meteorológica. Pero, cuando tu dices que aquí hace 20ºC, ¿qué quiere decir "aquí"? Quizá lo más correcto sería establecer la temperatura media de todos los puntos del campo a estudiar, pero ¿cuántos puntos hay en el espacio? Probablemente para llegar a un valor de exactitud perfecta (si no, la predicción es incorrecta por la Teoría del Caos) habría que medir infinitos puntos del espacio y con una precisión infinita. Asimismo, la precisión infinita es imposible, pues no es lo mismo 20 que 20,001, que 20,00000001, y así indefinidamente, entrando de nuevo en conflicto con las condiciones necesarias para evitar el "Caos" en la predicción.

- La propia interferencia del observador: se basa en el hecho de que la mera presencia del medidor altera el valor de la medida (véase El Gato de Schrodinger).

De esta forma, parece ser que Dios ha corrido un tupido velo que hace que los conceptos como "destino", "suerte", "casualidad" o el propio "Dios" sean siempre inescrutables e inexorables. Sutilmente nos da las herramientas para que lleguemos a la conclusión de que probablemente el futuro está determinado, porque las condiciones existen, están ahí con valores concretos, pero jamás seremos capaces de medirlas con suficiente precisión como para llegar a conocerlo.

La Fe existe, de no ser así, nos volveríamos locos.

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