jueves, 1 de mayo de 2008

Un poder oculto, no es poder

Hola amigos, vuelvo después de varios meses de inactividad, pues en un mes volqué todas las historias e ideas que había acumulado en mi cabeza durante años, y pronto el pozo quedó vacío. Ahora vuelvo con nuevas inquietudes, del pasado, presente y futuro, aunque no con tanta asiduidad como antes.

Una de las cosas que siempre me he planteado, es cómo sería un encuentro celestial. Me refiero a esas apariciones que tanto se mencionan en La Biblia, en las películas y en algunos programas de ciencia ficción. Yo me pregunto, como creyente, cómo sería tener una experiencia de este tipo.

En primer lugar, sería algo terrorífico. Estar tumbado en la cama por la noche mirando al techo esperando al sueño, y que de repente aparezca una luz o un animal o planta o figura humana, sea la cosa que sea, es de infarto. Cualquiera saldría corriendo a lanzarle objetos, esconderse debajo de las mantas o de la cama, ponerse a chillar, huir o cualquier reacción catastrófica.

Quizás esta es una de las razones por las cuales no se producen estos fenómenos. Según hacen parecer, en los tiempos de Jesucristo todo el mundo parecía estar esperando a que algo de eso ocurriera, y lo pintan como el que ve una estrella fugaz, se sorprende pero sin llegar a la histeria lógica de hoy en día.

La clave es que, si algo de esto ocurriera en realidad, la difusión sería inmediata y, el resultado, que te tomen por loco o que se cree una alarma social, sobre todo si hay muchos testigos del fenómeno. De la misma forma, si te fuese otorgado algún poder o habilidad especial como hizo Dios con Jesucristo, Moisés, etc., serías tratado como un monstruo, especímen o sabe Dios qué cosa (nunca mejor dicho).

Esto me ha llevado a planterme la siguiente situación: Digamos que ya sea por ciencia infusa, o por obra de un ente celestial, adquieres una habilidad "mágica", utilicemos para este ejemplo el poder mover pequeños objetos con la mente, por decir uno.

Supongamos que, como a mi parecer es más lógico, y como se muestra en algunas películas, sólo puedes utilizar ese poder de forma que nadie se de cuenta de que lo tienes.
Y aquí está el quid de la cuestión, porque esto, teniendo en cuenta que no posees un desmemorizador como los Men In Black, es muy complicado.
Básicamente implicaría que sólo puedes mover objetos cuando estás en un sitio completamente solo y a la vista de nadie. Además, suponemos que no puedes utilizar este poder para interactuar con otras personas (aquí es donde las películas fallan), porque se descubriría el fenómeno.

Partiendo de estas condiciones, mover cosas puede ser muy divertido para estar en tu casa haciendo el tonto, pero si no lo puedes compartir con nadie, es como si no existiera. Y es que otra de las cosas que tomo como premisa de filosofía es que, algo que sólo sabe UNO, es algo que no existe. Esto es la base de los secretos, sin embargo, secreto de dos deja de ser, en mi opinión, secreto.

Sería tal la impotencia de tener una habilidad oculta que no puedes usar con ninguna persona, que casi sería un poder inútil. Aunque seguramente, podrás conseguir y observar grandes cosas, pero dejarán de existir en el momento en que no puedas compartirlas con nadie. Las vivencias individuales son como la imaginación, y sólo se hacen realidad cuando las cuentas o haces partícipes a los demás, porque puedes haber hecho grandes cosas, pero si nadie lo sabe, tiene la misma importancia que si solo fuera fruto de tu imaginación o de tu sueños.

Comparte tu vida, no te cierres a los demás.

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