miércoles, 5 de septiembre de 2007

Sobre las estrellas, la luz y el sonido (2ª parte)


Volviendo al tema del universo y los artilugios del hombre...

El ser humano ha deseado siempre superar la velocidad de la luz...

Igual que decíamos con el sonido, si un individuo pudiese ir más rápido que la luz, podría avanzar miles de kilómetros, y al detenerse y mirar atrás verse a sí mismo dirigirse hacia él. ¿Siniestro, no?

Imaginemos ahora que disponemos de una nave que viaja más rápido que la luz, y un telescopio tan potente que es capaz de ver planetas lejanísimos con una nitidez perfecta, pudiendo ver hasta las rocas más pequeñas de su superficie.

Equipamos nuestra nave superfotónica con el supertelescopio, y viajamos hasta una estrella que se encuentre a 2.000 años luz de la Tierra. Aterrizamos y desplegamos nuestro supertelescopio.

Según hemos comentado, en una estrella a 2.000 años luz de la Tierra, la luz que emite la Tierra tarda 2.000 años en llegar, es decir, que la luz que esta emitiendo la Tierra en ese momento, los astronautas no la verán hasta 2.000 años después, no vivirán para verse venir.

Entonces, si miran ahora a la Tierra, ¿qué verían?

La luz que llega en ese momento de la Tierra, partió de la Tierra hace 2.000 años. Podrían estar viendo, en efecto, a Jesucristo.

No hay comentarios: