Tu papel en este mundo

Cuántas veces habréis oído la frase "¿Por qué esto me pasa a mí?" o "¿Por qué le ocurre esto a esta persona?". Lejos de daros una respuesta que solucione el problema, os daré mi punto de vista.

La mayoría se preguntan si es justo que ocurran cosas malas a gente buena, que ocurran cosas buenas a gente mala o directamente por qué hay gente mala.

En mi opinión, cada persona que viene a este mundo juega un papel, más o menos importante pero nunca totalmente imprescindible. Desde el niño del África subsahariana que muere poco después de nacer y cuyo papel se limita a engrosar las cifras de mortalidad del tercer mundo, hasta el presidente más poderoso del planeta cuyas decisiones afectarán en mucho al futuro del resto de la gente.

Piensen que en este mundo no habría buenos sin malos, ni sanos sin enfermos. Si todos fuéramos buenos no podríamos apreciar esta cualidad pues sería algo tan común que pasaría desapercibido. Las desgracias ajenas nos ayudan a valorar nuestra propia vida, de la misma forma que nuestras desgracias ayudan a los demás a valorar sus vidas.

Cada vez que ocurre un suceso normalmente desagradable, el resto de personas tenemos la oportunidad de tomarlo como premisa, y afrontar el resto de nuestra vida con un pequeño matiz.

Un hombre que queda viudo poco después de casarse es una gran desgracia, pero quién sabe qué le aguarda después de ese momento que crea un antes y un después en su vida. Caerá en una depresión, y entrará en la vida de sus psicólogos, familiares y amigos. Sus amigos también se verán afectados por esto, quizás cambien su modo de ver la vida o se aferren más a sus parejas. Incluso los psicólogos que lo traten pueden verse afectados indirectamente. Más tarde este hombre conoce a otra mujer con la que forma una familia. Sin entretenerme demasiado en este futuro, se puede observar, que el papel de su esposa fallecida es fundamental.

La muerte de su esposa a llevado a cosas buenas, como que los amigos de su marido aprecien más a sus esposas, o que la nueva mujer del viudo encuentre pareja, y por supuesto que dé lugar a nuevas vidas en sus hijos que inequívocamente serán distintas de las vidas que habría concebido con la difunta.

El mundo se construye a base de sucesos inesperados. La vida dá muchas vueltas, y no se puede menospreciar ningún aspecto ni acontecimiento. El que haya gente mala que viva mucho mejor que la mayoría de la gente buena, tiene el papel de hacernos ver que en este mundo no hay Justicia tal y como la queremos concebir.

La justicia que hay es la que nosotros en conjunto hemos creado. Pero si naces pobre será distinto que si naces rico; claro, nadie decide dónde y cómo nacer.

Lo más importante es saber que cada uno con sus gracias y desgracias es una pieza fundamental de este nuestro Universo, hay que sentirse útil y querido, y pensar que todo lo que ocurre, por horrible que parezca, tiene una razón que lleva, de una forma u otra, a la felicidad (nuestra o de otras personas).