miércoles, 12 de septiembre de 2007

El Universo es relativo

Imagino que todos alguna vez habrán llegado a la conclusión de que todo es relativo.

Por la ciencia sabemos que cosas como la velocidad son relativas, en la vida cotidiana podemos observar que además de la mayoría de las magnitudes, cosas como el precio, el sueldo... será alto o bajo relativamente. Pero... ¿qué me dicen de los sentimientos? ¿también son relativos?

Yo diría que sí, muchas veces intentamos consolar las penas de gente de nuestro entorno, o quitarle importancia a algunos problemas diciendo: "La gente se muere de hambre en África, ¿y tú te preocupas por esto?". Cuando se trata de un problema que, para la persona, es grave, a la persona no le parece nada empática tu actitud si le respondes de esa manera. Porque en la naturaleza humana está, el querer que los demás nos entiendan, les den importancia a nuestras preocupaciones y de algún modo, se preocupen con nosotros. Y digo yo, ¿no es otra faceta más de nuestro egoísmo? ¿qué es mejor, que los dos nos preocupemos, o que yo le dé la razón, le quite importancia a mi problema, y los dos seamos felices?

Claro, no es fácil despojarse de una preocupación así como así. Pero piénsenlo, si tiene solución, no hay de qué preocuparse, y si no la tiene, tampoco arreglamos nada haciéndolo.

Es el típico ejemplo de la pena, algo ha ocurrido, y tú estás triste, unos te consuelan haciendo pequeño tu problema, y otros lloran contigo haciéndolo grande y real, y aunque es triste, eso te hace sentir mejor.

Una persona que tiene que preocuparse por conseguir el pan de cada día, nunca tendrá problemas como los de un adolescente acomodado, aunque para este chico quizás un mal de amores sea tan grave como para el pobre el no comer. Si ha este chico lo ponemos en la situación del pobre, minimizará su problema anterior para darse cuenta de que su verdadero problema es que tiene que comer. Y si al pobre le ponemos el mal de amores, ni lo considerará. No obstante, si al chico con mal de amores lo comparamos con un rico mimado al que no le compran un capricho pasajero, el problema del mal de amores se hace inmenso frente a un estúpido capricho.

En esta vida hay que ser positivos, intentar que nada de lo que nos ocurre sea un problema, y si los hay, no hacer de ellos un mundo, ni tampoco ignorarlos, pero sí mirarlos un poco por encima del hombro, decir "yo puedo".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es increible ver la diferencia que hay entre lo que se considera un problema para algunas personas y para otras....Simplemente creo que el mundo está muy mal repartido....Me a encantado tu publicacion....no habias pensado en dedicarte a esto??

Ojalá los problemas se pudiesen solucionar con un "yo puedo" intentaré seguir tu consejo ;)