domingo, 16 de septiembre de 2007

Un doble en cada lugar y en cada época

Seguro que alguna vez han ido fuera de su ciudad, y se han encontrado con una persona realmente parecida a una que conocen en su barrio. Puede tratarse simplemente de una casualidad, un parecido físico sin mayor relevancia, sin embargo yo creo que algunos de estos dobles, tienen mucho más en común de lo que parece.

Entre los más de seis mil millones y medio de personas que habitan nuestro planeta, ¿tan difícil sería que hubiese diferentes personas que se parecieran no sólo física, sino también interiormente? No me refiero a pseudoclones, sino simplemente a personas que comparten formas de ser de una forma especial, que actuarían prácticamente de la misma forma en cualquier situación. Ni siquiera tienen por qué ser muy parecidas físicamente, puede que compartan el hecho de ser atractivas o de no serlo, cada una a su forma, y que reúnen otra serie de características comunes que les hacen pensar de forma similar.

Todo el mundo piensa para sí mismo que es especial, único e irrepetible, y probablemente tenga razón, no existen dos personas exactamente iguales; pero sí puede que todo lo que esa persona cree que le hace especial (inquietudes, manías, comportamientos, habilidades,...) se encuentren de la misma forma en otra persona que, aún así, sea diferente en otros aspectos menos relevantes como lo físico.

De esta forma, y tras una segregación de las personas a lo largo y amplio de los continentes, es posible que existan grupos de personas muy similares. Es decir, ya que las personas se conocen y se relacionan según sus personalidades y, habiendo personalidades iguales en diferentes sitios, puede que el mismo grupo de amigos que tú tienes en tu ciudad, se esté repitiendo en ese momento en Moscú o en Bosnia-Herzegovina, a través de otras personas que forman un grupo de amigos, y donde cada amigo tiene una personalidad equivalente a cada persona de tu grupo.

Además de esta dispersión espacial, creo que existe también una segregación temporal, es decir, que en cada generación existe un individuo que hace el mismo papel que el de la generación sucesiva.

El otro día, había quedado con unos amigos y pasé por un sitio que siempre fue punto de reunión cuando yo era un adolescente; allí había chavales y chavalas que perfectamente podrían estar haciendo exactamente lo mismo que lo que yo hacía con mis amigos y amigas con esa edad en ese mismo lugar. Las conversaciones, gestos, pensamientos, inquietudes, actitudes... podrían ser reproducciones similares que se repetían cada varios años. Quizás en ese grupo de amigos también había un chaval que pensaba como yo cuando tenía su edad, y actuaba como yo, y dentro de sus amigos habría gente que hiciera el papel de mis amigos en aquel momento.

Es curioso, y a veces puede producir cierta nostalgia, pero nos hacemos mayores sin darnos cuenta, y vivimos al margen de las inquietudes de los más jóvenes que nos rodean, de la misma forma que parecíamos ser ignorados nosotros cuando chicos.

Otra prueba de que cada uno juega un papel en este mundo a lo largo de su vida, y que cuanto más larga sea esta, más personajes distintos interpretará, benditos los que tengan una larga y próspera carrera...

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