miércoles, 12 de septiembre de 2007

El orden es desorden

Sí, esta es la conclusión a la que he llegado tras una serie de experiencias. Cuanto más pretendes que este ordenada una cosa, más desordenada parecerá.

El ejemplo más claro es el de la madre que, en su papel de maniática y educadora, insiste en mantener todo en la casa en su sitio.

Si tú felizmente tienes tus cosas esparcidas por la mesa, sabrás, si las necesitas, que estarán en algún lugar de la mesa, o quizás la hayas dejado junto al lavabo, o en la encimera de la cocina, o en el mueble del televisor. Si alguien decide que cualquiera de estos sitios "no es su sitio", y los mete el algún cajón u otro lugar más idóneo y a la vez oculto, es posible que una mente desordenada nunca la encuentre. Yo desde luego, nunca busco las gafas en su funda, porque siempre las dejo encima de algún lado; la funda será el último lugar en el mundo en el que buscaría. Por tanto, si una mente ordenada interfiere con una "desordenada" (lo pongo entre comillas ya que, en realidad, la mayoría de las mentes desordenadas lo que ocurre es que tienen su "propio orden" no sólo desorden), puede desordenar en lugar de ordenar.

Al fin y al cabo, la mesa y otros muebles que mencioné antes están diseñados para poner cosas encima, y nadie tiene que decirme donde tengo que poner las gafas. Dirán que en su funda estarán más seguras pero yo creo que no. Encima de la mesa es más dificil que se caigan que en una funda ovalada e inestable que cuando la abres da un respingo, y que tienes que sujetarla mientras con la otra mano coges las gafas. Porque la funda también se puede caer y romper, pero la mesa no.

Por otra parte, si tu siempre tuviste tu peculiar "orden", probablemente recuerdes por costumbre o memoria fotográfica donde están las cosas; por ejemplo, que la barra de pegamento está tirada detrás de la pantalla del ordenador. Cuando necesites una barra de pegamento, recordarás que tras tus largas horas frente al teclado había una solitaria barra de pegamento desordenadamente colocada allí. Si alguien cogió la barra y la metió en un estuche de un cajón de la estantería de los libros, amigo, nunca la encontrarás.

Es cierto que es importante tener la casa o la habitación ciertamente presentable, aunque la verdad, los invitados nunca entran a tu cuarto en realidad. Pero bueno, en cualquier caso agradezco la labor de estas madres porque tras una semana viviendo solo, uno comienza a darse cuenta de la importancia de esa labor que nos puede pasar desapercibida día a día.

Todos habremos dicho alguna vez: "Para qué hacer la cama si en unas horas voy a deshacerla otra vez para dormir", sin embargo es mucho más agradable destapar una cama hecha, que ir en busca de las sábanas revoleadas de una cama desecha.

Tengan su propio orden, y procuren que este sea lo más parecido al orden concebido por la persona más ordenada de la casa, para que ésta no altere su propio orden.

Nunca había tenido tanto sentido la frase: "A sus órdenes".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso de que cuando te vas a vivir solo te das cuenta del llamado "orden" es totalmente cierto porque yo soi una de las personas "desordenadas" que tienen las cosas donde ami mejor me vienen da igual si estan bien puestas o no mientras luego no tengas todo echo un jaleo en casa lo que pasa es que viene mama o papa tras de mi apartando mierdas como ellos dirian, en mi piso las tengo k ir apartando yo, y entonces resulta mas comodo dejar cada cosa en su sitio y en el más adecuado que dejarlo tirado por ahi para luego tener que recojerlo.
Por cierto nunca , nunca dejes las gafas fuera de su funda... jaja nunca en la vida dejaria mis gafas sueltas por el bolso,o en cualquier sitio como e visto hacer a mucha gente.... ufff no las regalan... lo dice alguien que lleva con ellas desde los 5 años y tiene 4 pares!!!